En cierto país que ya casi no me acuerdo ni dónde
era…Cerca del siglo XV…
Había un pueblo en el que todo el mundo reía y
bailaba, era un pueblo muy alegre. Se ganaban la vida cantando, bailando y
contando historias. Dentro del pueblo había un flautista llamado Naripundo,
tenía una nariz larga y una melena típica de la época. Era pícaro y vivaracho. Naripundo
se ganaba la vida tocando la flauta. Apenas le daba para comer pero él siempre
era alegre y confiado de sí mismo.
En el pueblo se contó una leyenda de un dragón que
vivía en la colina de al lado junto a un lago. Naripundo quiso ir a investigar
pero la gente dijo que era una pérdida de tiempo, que jamás lo encontraría.
Naripundo no hizo caso de las personas y fue nada más oírlo. Subió una colina y
vió un lago, cerca del lago había una cueva. El valiente flautista entró y el
dragón se despertó.
El valiente y pícaro flautista pensó y se le encendió la luz de su interior.
Cogió su flauta y tocó una dulce canción. El dragón, que custodiaba un anillo
mágico, se durmió y el flautista aprovechó para robarle el anillo y volvió a su
querido pueblo.
Y este es el final colorín colorado, ya he
terminado.
Escrito por Marco Marugán 6ºB
Marzo 2015
Nos ha gustado mucho tu cuento 4ºB del 2015
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