Una vez dicen que me
dijeron que había un reino construido de oro, todos sus habitantes veían la
tele a todas horas y no salían de casa.
Por lo que el príncipe
se aburría ya que no había nadie en la calle para jugar. El príncipe furioso y aburrido
habló con un genio. El príncipe dijo que si iba a la plaza del reino a hacer
magia y a cambio él le daría un lazo de diamantes, el genio pensó y aceptó.
El genio fue a la
plaza del pueblo e hizo magia, después de un tiempo el genio le pidió al
príncipe el lazo que le había prometido por conseguir que la gente saliera de
sus casas, pero el príncipe había perdido el lazo, y el genio furioso
transformó al príncipe en el lazo prometido.
Todos menos el
príncipe fueron felices y comieron perdices y a mí no me dieron porque no
quisieron.
Escrito por Ismael Pérez de 6º B. Marzo 2015
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